El control del sarro dental es muy importante para mantener la salud de sus dientes y encías. Por eso, es aconsejable acudir al dentista por lo menos una vez al año.
Conocido también como tártaro o cálculo dental, el sarro se produce por una mezcla de bacterias, restos de alimentos y sales minerales que gradualmente se van depositando en los márgenes de los dientes con las encías, principalmente, alrededor de las glándulas salivales. Tiene un color blanco o amarillento que, con el paso del tiempo y con la ayuda de alimentos que manchan nuestros dientes, va tomando un color más oscuro.
Si la placa bacteriana no se elimina en menos de 24 horas, se convierte en sarro y una vez formado no es posible eliminarlo con un simple cepillado de dientes. La única forma de eliminarlo es mediante una tartrectomía, también conocida como limpieza dental, que realiza una higienista dental. Es un procedimiento indoloro que normalmente se realiza en una sola sesión.
Además de ser un problema de estética dental, el sarro puede llegar a convertirse en un serio problema de salud bucodental. Si no se elimina puede causar problemas de salud como inflamación de las encías o gingivitis, halitosis o mal aliento de boca y hasta caries.
Prevenir la aparición del sarro es muy fácil, simplemente tiene que tener una buena higiene dental. Cepillarse los dientes después de cada comida (mínimo 3 veces al día) y usar la seda o hilo dental para quitar la placa que se acumula entre los dientes (donde el cepillo no llega).
Si piensas que tienes sarro, acude a tu dentista para eliminarlo antes de que se convierta en un problema bucodental más grave.