Antes de nada se debería realizar un diagnóstico del estado bucal del paciente, para valorar la situación e identificar las alternativas más recomendables.
Una vez que se ha decidido que la colocación del implante dental es la mejor opción, se procede a la fase quirúrgica. En esta intervención se coloca el implante dental dentro del hueso maxilar, para que en un futuro sirva como una raíz artificial.
Después de esta etapa el paciente tiene que esperar para que se produzca la integración del hueso con el implante, la oseointegración. Este periodo puede variar para cada persona, pero normalmente dura unos 4 meses.
Una vez realizada la oseointegración del implante se empieza la etapa protésica del proceso, la colocación de la prótesis sobre el implante dental.
Y la última etapa de este proceso es el mantenimiento: aunque un implante no puede padecer caries, hay otras patologías que pueden aparecer. Así que una buena limpieza y revisiones periódicas son aconsejables.
Si tiene fobia al dentista queríamos recordarle que disponemos de sedación inhalatoria para hacerle el proceso lo más cómodo posible.